Si manejábamos el carromato
De varios oscuros bravíos
Con tensa rienda y restañando
Si nuestro puño macizo
Algo elevado
Con su metáfora de amenaza
Parecía el firme puerto
Desde el que se partirá
Y nuestro ego o corazón
Tenía el futuro asegurado
Ya desde este lado de los montes
De los valles y mares
De las ciudades bulliciosas y absurdas
Sus calles aún manchadas por sangre joven
Sus noches de apariencia prodigiosa
Pero banales como orgasmo que se olvidará.
Si parados (en espejo imaginado)
Con alguna prestancia
(y nos deben tal foto)
La íbamos contra la noche
Hacia la noche
Noche misma en torpe
Traqueteante
En carromato diluidos sin amanecer
Qué si alguna vez
Llegáramos o saliéramos
Volviéramos rasgados de la muerte
Sonrientes con la risa de espanto;
-Acá estamos aún somos
Las riendas aún firmes
Un puñado tropilla
Encaminado
A un embeleco de pampa.
© Carlos Alberto
Roldán
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