Por si
decides volver,
tengo
abierta la puerta de las dudas con
luz de sospecha, plenamente encendida.
Un perdón
colgado, por cuadro misericordioso
sobre la
pared de mi corazón
y un ramo
de “no olvido”,
perfuma la
sala para siempre.
Por si
decides volver,
queda vino
a punto de servirse,
junto a la
copa vacía de ilusiones.
El ventanal
abierto, para apreciar del jardín
el
sembradío de recuerdos.
El lecho,
de tu lado
prolijamente
tendido está;
nadie lo ha
ocupado;
sólo yo y
mi soledad.
Eso sí,
tengo listas las maletas,
un pasaje
de sinceridad comprado
y, mi promesa de no intentar quererte
por si decides volver…
© Adela Margarita Salas
ResponderEliminarAmiga querida:
me gustó la forma en que lo fuiste diciendo.
Un abrazo.
Lily Chavez
Gracias! Gustavo y Liliana! Los admiro a ambos!
ResponderEliminarHermoso y ágil. Deliciosa lectura.
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