Llegó a la reunión con sus ojos quietos
como una amapola caída en el
patio de invierno.
Quiero abortar.
El temblor en los labios, y la fuerza del
sí
del estar segura en el medio del miedo,
doblegando su alma sin dudarlo
impregnada de rabia, impregnada de pena.
Desde los 15 cuidándome, y a los 40
este estupor,
con
tres hijos criando.
Cae todo, sobre mi cuerpo todo,
sobre las piernas hartas de caminar escuelas,
sobre este vientre rojo de soledades
y alacenas vacías, sujetadas por sombras.
Quien dice que es fácil, jamás ha
escuchado.
© Mary Coller
Duramente poético...!
ResponderEliminarOhh! Mery, tu sensibilidad y ese remate extraordinario. Cuánta belleza 💚
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