Increíble
pensar en tantos ultrajes del hombre
para sentirse único
cuando en realidad, no los es.
Cuántos ruidos excitan su mundo exterior
sin escuchar
el silencioso sonido del éxtasis
al celebrar la vida.
Sabe,
ser libre es la meta;
para hallar ilusoria libertad,
se hace esclavo del tiempo
condiciona su mente a espejismos
y se extravía
por espesuras de deseos.
© Adela Margarita
Salas
Uno observa. Y luego puede discernir. Mi cariño
ResponderEliminarMuy buen poema
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