No hay sosiego en la quietud
ni vértigo en el abismo.
Demasiado pretencioso
es el cuidado de los tiempos
cuando solo hay olvido,
a pesar del recuerdo de los que están,
la fotografía,
las palabras escritas
y el silencio.
Ahí está la cicatriz en medio del pecho,
cuando me desnudo la veo.
El cuerpo parece haberla olvidado
pero yo no.
© Eduardo Alberto
Planas
Potente poema Eduardo! Difícil olvidar las heridas existenciales que al transitar, el mundo nos va dejando. No se niegan, se saben silenciosas, parecen no verse en superficie, pero la lastimadura queda y por sus bordes renace la vida, arde una renovación. Te abrazo grande! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMe gusta mucho tu poema
ResponderEliminarHermoso poema
ResponderEliminarMe evocó la película "Los Otros" y al mismo tiempo la novela El jinete polaco, desde luego, sus imágenes, rescatadas de la muerte, son recuentos de vida, aquello que revelan las fotografías de los muertos y el silencio. Felizmente el poeta actualiza sus emociones y se niega al olvido.
ResponderEliminarMuy muy buen poema amigo Planas.
Walter Mondragón