Cada día
son esos tres deseos
que tiemblan
en este fuego de vela
que sube.
Tu mirada
es la que sopla y enciende
el sueño que tiende
la piel de mañana.
Mi corazón
es un niño que juega en la arena
mientras el agua acaricia sus pasos.
Este momento
tiene el color de tus ojos
y huele a pasto mojado
aquél otoño sin viento.
El tiempo
es lo que dura el abrazo
que nunca nos dimos.
Porque mañana
no vale.
© Viviana Ayilef
Precioso, Viviana. Tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Claudia
Bello!
ResponderEliminarAmé este poema
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