El campo era el recreo y la tormenta,
la luz vuelta a su fiesta de colores.
El viento en su nidal, los cielos ruanos.
Una súbita cresta de palomas burlando en
vuelo
el estampido zarco de las perdigonadas.
¡Y un alazán que abría con el hocico las tranqueras!
© Miguel Ángel Federik
Siempre encuentro muy buena poesìa admirado poeta abrazo grande
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