Antes
Piensa que cada
región de la llanura
es una extensión
de arbustos, zanjas y lagunas
aves, ríos
y restos de barro
paja seca.
Esa línea infinita
que se ve en el horizonte
tendrá
la luz del desierto.
Nada cesa
en este sitio: ni un poco de aire
ni el fuego ardiente
de la quietud matinal.
No cesan las lluvias
ni tampoco la transparencia del sol
al otro día.
Entre las luces últimas
sucede una historia
que es como un líquido
corriendo
al medio del pecho.
En las márgenes del río,
muy cerca,
se abrazan
dos adolescentes. Se ríen, aprovechan
el aire
alrededor. Se acarician apenas desnudas,
vuelven a reír.
Caminan, corren
parecen no tener miedo
a la mutua fascinación.
© Carlos Battilana
Foto: Gustavo Tisocco
Love is love 🌈 saludos Carlos!
ResponderEliminarBella foto Gus.
El ojo observador del poeta percibe la escena
ResponderEliminarque lejos de ser estática tiene un dinamismo intenso:
"nada cesa en este sitio: ni un poco de aire/ ni el fuego ardiente/ de la quietud matinal"
"Sucede una historia que es como un lìquido corriendo/al medio del pecho"
y la fuerza de las dos adolescentes que se acarician, caminan corren, no tienen miedo.
Qué bello poema. Gracias.
María Julia Druille
Hermoso, sugestivo... el alfa y el omega... me gustó mucho Carlos!!!
ResponderEliminarCon una mirada madura, describes una realidad que fue de a poco liberando tabúes.
ResponderEliminarY la confundes sabiamente con el marco de la naturaleza inconmovible.
Susana Giraudo
Muy bueno el poema. Me gusta cñomo sugerís y cómo la escena que presentás se enlaza con la naturaleza. Muy bueno.
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