en el inicio
en el relámpago inicial del universo
la vida se nombró a sí misma
y la materia y la energía
tuvieron que aceptar su destino
de dioses espontáneos
pensamientos que el tiempo moldeó
en el girar de las edades
y en el espasmo primitivo de los partos
nosotros necesitamos nombrar a la vida
como la respiración
necesita el motor de lo sanguíneo
que enciende la maquinaria del latido
y de esa forma regresar
hasta el primer suspiro de dios
volver a encontrar la memoria
o su origen
para reencauzar el rumbo del júbilo
para desgarrar el misterio
anterior a todo nacimiento
no puedo mencionar lo que no hace falta
y enterrar la palabra sería un crimen
se cansan de sí mismos los epitafios
© Aníbal Costilla
Hermoso texto. Gracias. Un abrazo. Adriana «Dirbi» Maggio
ResponderEliminarHermoso! Excelente remate!
ResponderEliminarPoemazo Aníbal! Magníficamente cósmico y celebrante, muy bien escrito. Alfredo Lemon
ResponderEliminarun enorme Poema Anibal , celebramos la palabra y vos lo haces muy bien abrazo grande y Felicitaciones
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