Todo empieza por un desprendimiento
primero una hoja cae, luego otra
el árbol ya no es el árbol
la hoja no es la hoja.
De estas cosas algún día nos vamos a reír.
Una piedra que se desprende
no es la montaña
la última onda que llega a la orilla
cuando todas ya se inmolaron
para siempre besando la arena
tampoco es la orilla.
¿En qué pensaran los equilibristas
las mañanas claras de julio?
¿pensarán, acaso, en una flor
una nube o un color?
© Alejandro Lastra
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