Lejos del Paraíso
con su brújula de duda y extravío,
sólo el camino de las sonatas,
la luna que en el claro y
el frágil cuerpo de Lavandera
que domina el mundo
desde la avenida en sombras.
En las ventanas que se iluminan
me asomo gimiendo.
Junto a vos, el Purgatorio
encarna.
Titilan gritos.
La roja serpiente del deseo
sube por la fachada del Barolo.
© Alba Murúa
Interesantísimo y muy bien escrito Alba! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarGenia!!!!
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