A este amor
que los dos nos tenemos
y, que el destino,
no quiere que vivamos;
lo dejo a tu cuidado.
Porque yo,
confío en que algún día
lo podremos compartir.
Por eso, te pido que
lo guardes;
sin que enferme de distancia,
nútrelo con recuerdos y
arrúllalo con esperanza.
Te lo encomiendo a ti,
porque la ternura de tu alma
es nido reparador;
donde yo atesoré también mi anhelo;
hasta que llegue el día
que libremos nuestro fervor.
© Adela Margarita Salas
Muy lindo! Ese anhelo de que sea posible, de que la ternura lo ampare.
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