Dobla el frío en la esquina
sube por la calle su color de tierra helada
el aire tiene agujas
duele estar vivo
hace mucho que esto es todo
los veo pasar como si nada,
con la cabeza gacha
tenazmente andando por sus cosas
el trabajo, los hijos, el almacén, la rabia
pasamos la vida apretando los dientes,
empujando,
arrastrando el peso que nos toca
vivir sólo cuesta vida, dijo alguien
a mi hijo le gusta recordarlo,
los hijos con su propio invierno, pienso
y estas manos mías
que se han enfriado.
© Irene Scalabrelli
Muy sensible! Bravo "Panadero de luz". Alfredo Lemon
ResponderEliminarFuerte... Un abrazo.
ResponderEliminarBello, Irene. Equilibrio de ternura y contundencia. Abrazo.
ResponderEliminarMe gustó mucho, Irene, un poema para estos tiempos de incertidumbre. Abrazos!!
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