LA TRAMPA ESTÁ TENDIDA
La trampa está tendida
sobre su crueldad
y tu inocencia de diez años.
La trampa está tendida
y es su olor a vino
y su ropa sucia
y el sudor
y la mordaza de sus manos
en tu boca de diez años.
La trampa está tendida
y es el rostro aquel
que no quiere morir
porque siempre es octubre
en tu mirada.
La trampa está tendida
en su voz que te nombra
sin saber tu nombre
y en tu cuello
que se olvida de olvidar.
La trampa te empuja
a una obra en construcción
a su risa
a tu espanto de diez años
a las bolsas de cemento
a tus ojos que imploraban
un atisbo de piedad.
Terrible memoria la tuya
que aún sigue atrincherada
en esa tarde de octubre.
© Daniel Ruiz Rubini
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