Mujer, raza blanca, tres kilos, 52 centímetros.
Nacer
Nazco, miento.
Llamo comienzo, a algo que no lo es.
Mis manos saludan a mis manos.
Son dos espejos rosados que viajan
en un cuerpo lleno de polizones.
—¡Ven!
—¿Quién?
Por momentos dicen que soy algo.
Por momentos creo que lo soy.
Lloro, obedezco.
Escondo mi amor por la evanescencia.
—¡Ven!
—¿Iremos?
Mi rostro cae sobre el rostro de la hierba,
quiere respirar con ella.
Desea mostrarme que soy el habitado.
Desea decirme que soy el otro.
© Blanca Lema
Bienvenida Blanca a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos/as. Un abz, Gus.
ResponderEliminarGran poema. Gracias!
ResponderEliminarBienvenida. Buen poema.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Ana Romano.
Muy buen poema Blanca!!!!❤❤❤
ResponderEliminarBienvenida Blanca, hermoso poema.
ResponderEliminarBienvenida, Blanca. Sobre el nacer y la apariencia. Abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarBienvenida Blanca! Tierno y enigmático tu poema. ¡Abrazo!
ResponderEliminarBienvenida
ResponderEliminarbello poema
Bienvenida Blanca, nos leemos. Saludos
ResponderEliminarSer o no ser siempre será el dilema, un placer conocerte Blanca !!!
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