en el inicio
en el relámpago inicial del universo
la vida se nombró a sí misma
y la materia y la energía
tuvieron que aceptar su destino
de dioses espontáneos
pensamientos que el tiempo moldeó
en el girar de las edades
y en el espasmo primitivo de los partos
nosotros necesitamos nombrar a la vida
como la respiración
necesita el motor de lo sanguíneo
que enciende la maquinaria del latido
y de esa forma regresar
hasta el primer suspiro de dios
volver a encontrar la memoria
o su origen
para reencauzar el rumbo del júbilo
para desgarrar el misterio
anterior a todo nacimiento
no puedo mencionar lo que no hace falta
y enterrar la palabra sería un crimen
se cansan de sí mismos los epitafios
© Aníbal Costilla
Magníficamente cósmico y vibrante! Muy bien logrado. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarBuenísimo!
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarMuchas gracias por sus amables comentarios. Un abrazo grande.
ResponderEliminarQue gran poema! Fluye y nos hace pensar tanto. Me alegro de descubrirte...seguiré leyéndote...Saludos
ResponderEliminarRomina R Silva
Muy bueno Aníbal. Un poema cósmico. Abrazón patagónico.
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