Milagro
A la abuela Eufrecina
Tantas cuentas (para qué)
este rosario a los dedos toca
con su teclado de nácar. Rezo
y cálculo en las yemas de la noche.
(Para qué) scrabel del dolor, ubicuo
inquilino atesta la habitación.
Las palabras siempre ahogan. Pero
es necesario llamar a Dios en su idioma.
(Para eso) cuentan los ave maría, llagan
los dedos a sus uñas, las rodillas piden
permiso si se apoyan en la oración.
(Para eso) la letanía de la vigilia.
Y el milagro, quién sabe.
© Alicia Salinas
La búsqueda de respuestas desde la fe...O una crisis...sin cuestionar...
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