en mi patio en mi habitación
no había caballos pero los amaba.
pasaban ante mis ojos
detrás de la ventana insomne.
monocorde galope sin alas.
crines
cristal al viento
traccionadas a porfía.
desviaban la mirada de pasto y lluvia
para encontrarse con la mía
de silencio y siesta.
en el cruce aprendí
a no ser mansa.
© Susana Zazzetti
Hola, me encantó ese comienzo. Y todo el poema. Besos!!
ResponderEliminarQué bella es tu poesía, Susana. Es un placer leerte. Un beso grande. Adriana "Dirbi" Maggio
ResponderEliminarPrecisas y preciosas pinceladas de belleza. Y un final contundente. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy refrescante la lectura de tu juego con las palabras. Gracias!
ResponderEliminarhermoso poema,
ResponderEliminarComo todo lo tuyo Su, hermoso poema. Griselda Rulfo
ResponderEliminarMuy bello, Susana, con un remate de antología! Felicitaciones!MAgda.
ResponderEliminarQue gran final, me encanto este poema!
ResponderEliminarQuerida Susana, qué imagen potente ese cruce de miradas del que se aprende! Excelente como siempre!! Besos
ResponderEliminarMe encantan tus caballos Susana. GRACIAS
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