Asesina
Harta de ser la víctima
me convertí en mi propia victimaria.
Protagonista hacia el final
no me tembló la mano
al clavar la daga en mi vientre,
aquella tarde de calor insoportable.
Hice lo usual en estos casos
el filo para arriba
y un movimiento ascendente
para un
desenlace efectivo.
Usé el cuchillo como la verdad,
que puesta sobre la mesa
duele más que cualquier mentira,
pero alivia.
No me siento culpable,
fue en defensa propia,
tuve que matarme
para no morirme.
© Gisela Galimi
Muy buen juego de espejos, muy logrado, bien construído. Imaginación y sugerencia. Alfredo Lemon desde Córdoba
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