No crecía en silencio la luz
iba envolviendo la voz de los pejerreyes y
el pudoroso paso del ángel final
en esos amaneceres largisimos de la
desolación
la claridad tampoco estaba limpia
como si nada de lo tangible y
la luz hace lo tangible
pudiera soportar
al muerto cazador de las estrellas...
© Alejandro Schmidt
siempre poesía en Alejandro Schmidt
ResponderEliminarUf! Alejandro! leerte, siempre un gusto
ResponderEliminargracias!
norma starke
Conmueve siempre tu Poesía, Alejandro, sus diversos mundos.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Lo exquisito. Lo que conmueve. Gracias!
ResponderEliminarJuan C. Rodriguez