Eres gorrión
que, en las tardes
con tu serenata
anidas
en mi alma inquieta,
distraes mis pesares
de distancia y ausencia.
Eres, el canto vivo
del amor furtivo,
de la esperanza latente.
Llama solemne
de antorcha triunfal
que, ilumina noches de esperas
y días lánguidos de soledad.
Que no cese tu trino
en mis tardes de invierno
que, no olvides tus letras
que embelesan mi sonrisa,
que no decaiga esa mirada
vivaz, fortaleciéndome
mientras llegue el tiempo cauteloso
de avistar tu nido.
© Adela Margarita
Salas
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