LA VIÑA
Hemos creído en el abismo de la taza
profunda, en el ánfora derramando el color, en el odre de una piel en las
pupilas. ¿La viña estaba ahí? ¿Entre los tamboriles y las máscaras? ¿Pero qué
era tras la cabellera larga y la barba salpicada de sueño mosto, de higo
fresco? Hemos creído que estaba cerca de nosotros, tras cada delirio, tras cada
salto de cierva, tras cada vendimia de huesos. Creído sentir el último murmullo
del viejo Sileno a nuestro oído, la flauta desgarrando el sueño. ¿Hacia dónde
la mirada recostada a la sombra, y el cuerno para morir lo que haga falta?
© Clarisa Ollivier
No hay comentarios:
Publicar un comentario