Una tarde le mostré al viajero
mi cuaderno de versos.
Algunas líneas,
imágenes sencillas sobre la primavera,
mi perro, los muertos, el río,
y poemas copiados de diarios del domingo.
Sonrió y me acarició la cabeza.
Niña, dijo, has nacido herida.
A cada golpe de la vida,
a cada palabra que escribo,
a cada dolor que resisto,
lo recuerdo.
© Susana Cabuchi
Muy bello, el recuerdo de lo vivido. Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarBello, como todo lo que escribes.Tengo ese libro y lo amo.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
Bello poema, Susana, y sobre todo conmovedor. Un gran cariño.
ResponderEliminarMuy bueno y muy cierto Susana, nacer poeta es nacer sensible, es nacer herido. Abrazo grande! Alfredo Lemon
ResponderEliminardolor transformado en belleza! Gracias Susana! abrazo de Marta Ortiz!
ResponderEliminarCuánta belleza!
ResponderEliminargracias
norma starke
Una maravilla de candor y dolorosa ternura, Susana!!
ResponderEliminarSusana Giraudo