Se busca
Si alguien hubiera encontrado
un libro de los Cantos de Ezra Pound color
verde
eléctrico, extraviado en la carretera
antigua entre el valle
central y el altiplano
una noche de julio de 1992.
Si alguien tuviera ese ejemplar
con poemas preciosamente traducidos
como aquél en que habla de los dedos de una
mujer
que parecían una servilleta japonesa de
papel o aquel otro
de Rihaku sobre la vieja esposa del
mercader del río.
—Tú viniste con zancos de madera jugando a
los caballos,
caminaste junto a mi asiento, jugando con
ciruelas azules…
Si estuviera en la biblioteca de alguna
persona
ese volumen con una fotografía de Ezra
con todas las arrugas, comisuras, todas las
cicatrices
de la incomprensión
cuyo reverso es la locura.
Si lo tuvieras tú, jamás lo hubieras
abierto y al leer esto
decidieras hacerlo y encontraras adentro,
entre dos páginas,
tal vez marcando Portrait d’une femme,
que me recordaba a una novia de entonces,
una ingenua estampa de la Virgen niña con
su Niño
en monocromo azul cerúleo
con una oración al dorso
que repetía cuando era feliz o estaba
triste
en la edad de la alegría verdadera
y de la vera tristeza.
Si encontraras ese libro habrías hallado
el muñón de un alma,
algo que me extravió.
No sabes lo que vale para mí ese ejemplar
de los Cantos.
Si lo encuentras puedes quedártelo. Pero la estampa
—si aún está ahí—
remítemela, por favor.
Los libros se extravían y se encuentran
pero el asombro (o la fe, que es lo mismo)
se pierden para siempre.
—Hubo una hora iluminada por el sol, y los
más altos dioses
no pueden jactarse de nada mejor
que de haber contemplado a su paso esa
hora.
En esta u otras vidas tendrás tu
recompensa.
© Gabriel Chávez Casazola
Saludos, gracias por tu poema
ResponderEliminarCatalina Boccardo
Saludos, gracias por tu poema,
ResponderEliminarCatalina Boccardo
Excelente poema Gabriel! Cimbronazo! Original y muy bien dicho! Felicitaciones, has puesto un toque de belleza a este frío atardecer de encierro. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarSencillamente maravilloso!!
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Toda mi admiración y cariño siempre. Ciela Asad.
ResponderEliminarHola Gabriel. Un placer leerte en este blog. Estamos cerca.
ResponderEliminarGran abrazo
Claudia
¡Maravillosa intertextualidad, Gabriel!
ResponderEliminarAplausos y un gra abrazo desde la norpatagonia argentina.
Marìa Rosa Leòn
Qué belleza por favor!!!!!
ResponderEliminarGracias Gabriel por este poema de clamor y búsqueda,una verdadera joya!
Susana Giraudo
Muchas gracias, amigas y amigos! Recién veo sus comentarios... Soy un poco despistado con la tecnología. Abrazos, Susana, María Rosa, Ciela, Elisabet, Catalina y Alfredo! Querida Claudia, la poesía tiene que volver a reunirnos...
ResponderEliminarDebo confesar que recién descubro tu poesía, Gabriel (gracias siempre, Gustavo) y te agradezco tanta hermosura.
ResponderEliminarEste poema en especial toca mi corazón, porque tengo esa relación con ciertas obras. Pero tu decir es impecable.
Un abrazo grande desde la periferia de Buenos Aires.