04/09/16
8:17 p. m.
en la quieta luz que clama los saucesen la rama que tuerce hacia lo húmedo
con albricias en la licuefacción
que hoy boga por su maridaje
a qué se vuelve a más
sostenido por la mano proba
apretado por cinco dedos
y en su ojo izquierdo —que parece suplicar— se acaba el
mundo
alguien dijo que si su apetito
no claudicara se salvaría la vida de no volver
han perpetrado el exterminio a como dé lugar
o tiempo en la sombra al amparo de frondosos álamos
masacrados/ improvísese una barricada por la memoria
para que a nadie se le olvide que aquí hubo carne muerta y
ayuna
© Nicolás Antonioli
Bienvenido Nico a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz, Gus.
ResponderEliminarqué intenso más la belleza del final. bienvenido! susana zazzetti.
ResponderEliminarQue sorpresa, Nicolás! Compartirte en este espacio ,tan abarcativo de Voces.
ResponderEliminarSaludos .
Gracias Gustavo, Susana y Alicia. Es un placer este blog.
ResponderEliminarBienvenido, muy buen poema. El verso final intenso.
ResponderEliminarAna Romano
Gracias a todxs por los comentarios. Disculpen la demora en responder. Fuerte abrazo de Nicolás
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