Poema de Marita Rodríguez-Cazaux
DESTIERRO DE LA ROSA
Hay días en que la nostalgia me visita.
Deja, como al descuido, la puerta entornada
y se instala en la poltrona azul.
Siempre en mismo lugar, como si fuera
el único en la casa
donde pueda mejor caber la pena.
Me mira desde la orilla celeste de sus ojos
y toda su vida me confiesa.
El mar y el barco que de Ítaca se aleja,
en
un opaco silencio de sirenas.
Una piedra le atraviesa la garganta
y el pecho es una herida sin cerrar.
Sus dedos acarician las fotos color sepia,
borrosas sonrisas familiares,
la casa de piedra,
el huerto de olivas.
Ayer es nunca, sé que piensa
bajo
esa luz de perenne lozanía.
Mi madre sigue –aún muerta–
reconciliando inútilmente la tragedia del adiós.
© Marita
Rodríguez-Cazaux
Etiquetas: Marita Rodríguez-Cazaux
2 comentarios:
Siempre me conmueven tus Letras, querida Marita. Cariños!!
Hermoso poema en su nostalgia, Maria
Un abrazo
Patricia Corrales
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