21/7/20

Poema de Laura García Del Castaño




Tarde comprendo que no hay relación entre el tamaño de las manos
y el caudal de su entrega
que por el volumen del habla no conocí al captor
ni el talle del amigo era acorde al de su lanza
Vuelvo a confundir al depredador por la silueta equivocada
Descubro el cebo que imanta y es irrelevante:
 no asegura el final del engaño
Una semilla se transforma en la visión del jardín
Pero un jardín no admite otra visión
Soy este animal inapetente que entierra todo para después
cuyos días se inventan entre episodios y enigmas
La energía alcanza a colgar un cuadro,
pausar una serie favorita,
cargar el mate del odio
manteniendo esa impávida postura:
Ser prolijo simétrico y desarraigado
Tarde entiendo que lo que viene desafilado y sin gruñido
alienta a esa serpiente a desenterrarse en nosotros
Junto a mí, alguien habla de las avispas
y yo las sueño a la siesta
Lavo y cuelgo las copas
mientras madre toma con fuerza su garganta
así voy con los demás intercambiando terrores
Deseo
 que algo súbito se desencadene,
que tenga relación que tome el coraje
que evidencie la disolución
Un elefante que arrastre este mutismo confortable
aunque luego de madrugada el espectáculo se reduzca a esto:
una hormiga demoliendo la noche,
el vino derramado la dulce fortuna
“Somos como la madera verde, nuestro fuego produce más humo que luz” Cusano

El día anterior a tu partida visitamos el laberinto
Tal es su estructura de serpiente
un laberinto es una coreografía del desánimo
Una voluntad pequeña allí se engrandece,
nos espeja al tortuoso laberinto interior
Fascinado entre la simetría de arbustos avancé
deambulando hasta la rabia
Chocando con esquinas desproporcionadamente angostas,
volviendo sobre mis pasos como si fuese un distinto sendero cada vez
creyéndome cerca cuando en realidad me alejaba
Y vos, clarividente
 desde una torre te deleitabas de la incesante derrota:
quedar repartido entre negaciones y enigmas,
que se haga tarde y no avance a la salida
Toda una ingeniería del desencuentro
y una espectadora inalterable
que observó con la incontinencia del apático
al que no le interesa la jugada
o era ya parte de la escena
un ejemplar más entre los cipreses
dispuestos a cerrarnos al mundo

© Laura García Del Castaño

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2 comentarios:

Blogger Silvina Vuckovic ha dicho...

´toda una ingeniería del desencuentro...´ Poemazo

31 de julio de 2020, 19:45  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Poética con la potencia de un lenguaje sorprendente. Merced a tu talento y tu constancia, antes de los 40, tu voz, respaldada ya por una obra, se ha ubicado entre las más distinguidas de nuestra provincia y el país. Abrazo grande! Bendiciones! Alfredo Lemon

1 de agosto de 2020, 10:32  

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