Duerme bajo una sombra oscura.
Yo reniego de la noche.
Voy hacia el día, temeroso de lo que el día
traerá,
esperando por el día que no llega.
Deseamos volver al instante justo
antes del comienzo de la noche.
Porque sabemos que es imposible,
y nos aferramos a las mentiras;
a las sonrisas amables;
a los abrazos incompletos.
Caminamos las calles,
recibimos la lluvia,
cacareamos ideales nobles,
como seres superados, únicos.
Pero somos cobardes.
© Darío Paiva
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