I
Ambar elige una hoja del piso en su segundo
otoño
la señala con su dedito y dice “hojjja”
y el sonido de la palabra hoja
suena más real en los oídos del viento.
II
Ambar juega con mis párpados
como si fueran huellas de gorriones en la
arena
les hace hablar a mis ojos el idioma de la
risa
le circunda sus lluvias
y así de digno
aunque cargados los brazos
puedo caminar liviano
Con ella se suben al tobogán
varias generaciones de historias y piedras
canciones y desarraigos
pero en el
instante de deslizarse
luminosa me mira
y en la redención de su sonrisa
la dejan ser.
© Damián Katz
Bonito poema, bonita Ámbar
ResponderEliminar