Después de
las fiestas
Y cuando
todo el mundo se iba
y nos
quedábamos los dos
entre vasos
vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso
era saber que estabas
ahí como un
remanso,
sola
conmigo al borde de la noche,
y que
durabas, eras más que el tiempo,
eras la que
no se iba
porque una
misma almohada
y una misma
tibieza
iba a
llamarnos otra vez
a despertar
al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
© Julio Cortázar
VII
el cielo es
un espejo deshecho
es un plano
de calles sin nombre
es un campo
de lino sin viento
un cristal
de azul infinito
lo mira
se hunde
se busca
y
no
encuentra sus rostros de antes
se ahoga
y
no ve sus rostros
de ahora
© SILVIA LOUSTAU
Bellísimos poemas en este homenaje que aplaudo de pie.
ResponderEliminarNo hay "palabras para Julio", no las hay, bravo, siempre.
ResponderEliminarY son magníficas tus calles sin nombre, a pesar de no encontrar, de no ver. Gracias.
L. Vinci
En la opaca apariencia de tu poema Silvia, veo luz. Está muy bien construido. Bravo! Y en recuerdo de Cortázar dejo aquí unas palabras referidas a una "Nube": "Se espera, escondido en el pasto, a que una gran nube de la especie cúmulo se sitúe sobre la ciudad aborrecida. Se dispara entonces la flecha petrificadora, la nube se convierte en mármol y el resto no merece comentario". Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarexquisito,como simepre, abrazo, soy maria
ResponderEliminar