No sigas al hombre que viene de lejos
y te habla de la fuerza de la tierra,
desde el agua turbia de tu alma.
© Maxi Rey
Acaso no pueda irse quien sabe que la
ceniza permanece, quien sabe que la sangre permanece, que el rastro de las
heridas permanece hasta que todos lo olvidan. Y aunque sabes que la herida es
finalmente un camino de la luz al interior no puedes irte y olvidar. En ti,
como en los árboles, deben pender los inviernos y los nombres, su consistencia
de sal y de aguacero.
© Luis Luna
Saludos Luis, por acercarnos estos poemas.
ResponderEliminarUn abrazo
Luis, no firmé el comentario, soy Cristian Jesús Gentile, bellos poemas que llegan a nosotros.
ResponderEliminarmuy buenos los poemas
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