Páginas

19/6/20

Fernando Noy recuerda a Alejandra Pizarnik






CANTORA NOCTURNA

                     Joe, mascht die Musik von damals nacht... 

La que murió de su vestido azul está cantando. Canta imbuida de muerte
al sol de su ebriedad. Adentro de su canción hay un vestido azul, hay un
caballo blanco, hay un corazón verde tatuado con los ecos de los latidos
de su corazón muerto.
Expuesta a todas las perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada
que es ella: su amuleto de la buena suerte.
Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos, su voz
corroe la distancia que se abre entre la sed y la mano que busca el vaso.
Ella canta.

                                                          A Olga Orozco

© Alejandra Pizarnik
(1936/1972)




JARDINES ILÍCITOS 

La niña de la cuerda atada a las manos
vuela
son sus alas
y el pájaro baila
La anciana moribunda en la camilla ardiente
acaricia el rostro del que vino a salvarla
Así
la muerte llega trayendo su imagen de
beso absoluto
Y calla
Y canta.

Las ascensores oscilan con sus cargamentos de cenizas
Pájaros de metal llevando pájaros adentro
Del basural que sube y baja nace un nuevo amanecer
en el confín del cual se reúnen con lo incierto
El crepitar de las plumas
al deslizarse en el vientre
en las propias arenas del silencio
causa un esplendor de música alucinante.

Danzan ahora en el alba de esta noche
Todos los liliputienses
las obscenas sin senos
los violadores de tréboles de cuatro bocas

Baila allí la mendiga con su guante de oro
y hasta los objetos danzan
arrullados por su propio abandono

pero

en el centro de ese negro humo
tamizado por una luz fosforecente
que uno llama coleóptero del demonio
nace la historia de amor casi imposible

por que surge

en la entrega de todos los opuestos
de cada uno de los antiguos impares

mientras nos vamos lentos
junto a la multitud
a ese tiempo perfecto
diluído en las joyas del oscuro porvenir

Detrás del biombo absorta
al fin yace en sus aguas
la locura vencedora y lúcida de tus ojos intactos

Y
otra vez

como entonces
danzan y saltan todas las sombras con sus luces

Lo inmóvil puede al fin descansar
A modo de contemplación

© Fernando Noy

5 comentarios:

  1. Alejandra, Alejandra...Su escritura poética la lleva a un intento de encontrarse con la palabra que sana, como una música o un canto equivalente al agua de una purificación, posibilidad de ir hacia ella como quien tiene una inmensa sed de absolutos.
    Y los "Jardines ilícitos" de Noy, alta poesía en su forma y contenido, un conjunto potente de imágenes y pensamientos que se suceden y disparan a múltiples sugerencias, tonos cotidianos, cósmicos, pintados en un ritmo vibrante y sostenido. Bravo! Y además con un final implacable, magnífico: "Lo inmóvil puede al fin descansar / A modo de contemplación". Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

    ResponderEliminar
  2. Que grandes poetas ambos, Pizarnik oracular, Noy tan preciso y ecléctico.

    ResponderEliminar
  3. Qué grandes poetas ambos. Gracias Gustavo por este espacio!

    ResponderEliminar
  4. Tan profundamente lírica la poesía de Pizarnik, tan profundamente dolorosa en su belleza...Y llena de imágenes originales y sugerentes la de Noy, un hallazgo los "violadores de tréboles de cuatro hojas".

    ResponderEliminar
  5. Sigo encantado con Pizarnik, gracias por haberla elegido.
    Y contundente tu poema, Fernando, pleno de imágenes, cargado de sugerencias, con un final hipnótico. Felicitaciones!
    Juan C. Rodriguez

    ResponderEliminar