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15/6/20

Daniel Tomás Quintana recuerda a Ramón Emilio Charras



PROCLAMA 
                                   
I 

Hagamos la experiencia del esfuerzo consciente, 
ahora que la poesía es sospechosa 
de ser una difícil enfermedad mental… 
Ahora que la gente 
que nos escucha o lee se fatiga. 
Ahora que, poetas, 
no se distinguen casi de las otras 
nuestras altas cabezas vegetales. 
(desde que se hizo fácil ser autor de poemas 
cuesta creer que vale lo que hacemos, 
Desde que somos muchos y andamos apurados 
hemos perdido algo, compañeros…) 
Cuando correspondía que nos siguieran ellos 
-los inmigrantes, los paracaidistas, 
los zampados 
a nuestro abierto territorio del verso- 
hemos sido nosotros los que, sin darnos cuentas, 
engrosamos las filas bailoteantes 
de la irresponsabilidad y el aquelarre. 
¡Pero esto se acaba! 
El pueblo –nuestro público- 
ya no aguanta los cheques voladores, 
los panfletos, las gárgaras-. 
El poema está en crisis. 
Y nos acosan circunstancias graves, 
nos solicitan compromisos serios. 
No hay ya lugar para el ensueño fácil, 
para el automatismo a lo que salga, 
para el decir con cáscara, egoísta. 
Es la hora del no para las drogas, 
para la comodidad y la vagancia. 
¡No más bien-bien para los astronautas! 
¡Basta para los médium y los brujos! 
(¡Que se vayan con ellos 
también los folkloartistas, 
esos finos rumiantes de algarroba 
que rapiñan folklore en las provincias). 

¡Enérgicos y sanos a trabajar, poetas, 
con fervoroso orgullo del oficio 
como Braque y Diomede los pintores, 
como el orfebre Benvenuto Cellini, 
como Jiménez, Juan Ramón , el viejo! 
Tenemos la materia motivante, 
disponemos del tiempo apenas justo…

 © Ramón Emilio Charras
1921-2003
  


huérfano
del silencio
el ángel ciego
duerme en la frontera
del ocaso 

el viento grita
abre heridas 
esparce ladridos 
rumores de cocina 

detrás de los muros 

un hombre amontona 
hojas en el patio 
enciende su alegato de humo 

mi vecina increpa a dios 
lo mira cara a cara 
murmura un salmo hereje 

una mujer 
sirve sopa de lágrimas 
en un plato ausente 

detrás de los muros 
la vida no usa tapabocas 

© Daniel Tomás Quintana

8 comentarios:

  1. Gracias, Daniel, por darme a conocer la poesía de Ramón Emilio Charras. "Ahora que la poesía es sospechosa..."

    En cuanto a tu poema, bueno... soy tu fan desde que leí un primer verso firmado por vos.

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  2. Qué bueno recordar a don Emilio Charras, Daniel! Era un obrero de la poesía que siempre bregó por la unión sindical en resguardo de los escritores. Salud! Y vos, compañero de Bandada en la cena de fin del año pasado, "animal empalabrado", que nos ofreces siempre versos oportunos para emocionarse o reflexionar! Qué buenas imágenes, subrayo una: "un hombre amontona hojas en el patio/ enciende su alegato de humo" ... Bravo! Abrazo grande! Alfredo Lemon

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  3. Muchas gracias Daniel por hacerme conocer al poeta Charras.
    De tu poema también extraigo
    "un hombre amontona hojas en el patio/ enciende su alegato de humo" y "una mujer/ sirve sopa de lágrimas/ en un plato ausente"

    Gracias por compartir!
    Tere vaccaro.

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  4. Daniel es un amigo y valoro su poesía. Y casualmente su poesía se parece en su temática a la de Charras. Tiene ese deleite de lo agreste, ese polvo levantado en los lugares secos. Adoré a Ramón también, era asiduo a mi vida. Lo recuerdo con la misma prestancia de la foto, al lado de una gruta de la virgen (no recuerdo cual), diciéndome sus versos. Y lamento, que el viviera un tiempo donde las redes prácticamente no existían, entonces, su poesía es difícil de encontrar, a no ser, que tengamos la dicha de tener su obra. Brindo por la poesía, por estos amigos que saben dónde encontrarla.

    Lily Chavez

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  5. Bien por Ramón Emilio Charras, su protesta y su canto. “Disponemos del tiempo apenas justo”

    Daniel Tomás Quintana, igualmente bien por su grito y sentimiento. Por la vida.

    Magnífico.

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  6. GRACIAS POR LOS DOS POEMAS DANIEL !! HERMOSOS

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  7. Hola. Podrías publicar Córdoba Ocre de Emilio Charras? Sería un placer leerlo nuevamente después de tantos años. Perdí la antología que lo contenía. Muchas gracias

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