Vagabunda
llega a la
ciudad
camina con
recelo
los ve
no se
atreve a mirar
rostros a
su alrededor
sabe que
todos vienen
por
distintos caminos
ellos
marcaron sus pasos
el mismo
ritmo
la misma
simetría
el apellido
ilustre
ella pasó
una curva sinuosa
estuvo a
punto de estrellarse
y los otros
parecen sosegados
nunca
corrieron peligro de muerte
tal vez por
eso se sienten inmortales
pasada la
primera esquina
se atreve a
saludar
el viento
empuja un sonido
difícil de
distinguir
casi
mezquino
parece que
le devolvieran el saludo
es una
falsa ilusión
han corrido
la línea de las calles
para no mezclarse
al fin comprende
que deambula por territorio enemigo
© Beatriz Puertas
Tremenda alegoría.
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