Con el
gato no hay que dar explicaciones
cuando ando
por las ramas/ sin nada/ nadie
me alcanza/
qué vértigo
de altura y soledad
se extiende
como la cordillera blanca de nieve
donde no
hay huellas / en silencio
un cielo
para dejarse caer
infinitamente
caer
El gato me
mira
- no entré
en sus ojos todavía-
sabe que
estoy a punto de ser expulsada
o de salvarme
y espera
© Inés Legarreta
Hermoso! Logras poetisar sobre el comportamiento de un animal tan misterioso como huidizo. Muy simbólico! Y como decía Baudelaire: ellos buscan el silencio y el horror de las tinieblas...
ResponderEliminarMe encantó! Alfredo Lemon desde Córdoba
Qué ritmo en las imágenes! Gracias por compartir! Beso. Tere Vaccaro.
ResponderEliminarGracias, queridos amigos! Los gatos son una de mis debilidades...abrazo fuerte a la distancia, Inés.
ResponderEliminarBello. Con el encanto y la magia de los gatos.
ResponderEliminarMuy buen texto. ¡¡¡¡"No entré en sus ojos todavía"!!!! Un beso. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarMuy buen poema!
ResponderEliminarBesosss
Bello poema en el momento que lo Leo llega la gata vecina a prodigarme mimos
ResponderEliminarGracias amigas poetas por los comentarios.Abrazo y cuídense!!!! Inés.
ResponderEliminarGracias amigas poetas por los comentarios.Abrazo y cuídense!!!! Inés.
ResponderEliminarAllí estará ese enigma que en su aparente quietud nos comprende.Bello poema!
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