Trepo a mi
soledad por una escalera en llamas
Cargo
realidades como líneas clavadas detrás de
la sonrisa.
No me
nombres la muerte,
la
descubriré pintada en mi mesa, muy cerca
de otras
voces que duermen.
El silencio
me ahoga.
Sobrevivo....
Me vuelvo
blanca como una rueda
que gira
con sus siete colores.
© Beatriz Arias
Excelencia poética, inteligencia y emoción. Un abrazo, Beatriz. Isabel Llorca Bosco.
ResponderEliminarHermoso texto. Me encanta su final, tan lúcido y original. Un beso. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarmuchas gracias querido Gus por publicarme!!!
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