BALADA PARA UNA MARIPOSA
Ha de ser
justo esta noche de setiembre.
Precisamente
aquí.
Ahora.
Ya.
Con la
pluma que dé luz a este poema
y que
hundiré contra mi pecho, en el final.
Es
necesario el rojo de la sangre
para teñir
de peligro la señal.
¡Precaución
¡está de luto el universo.
Han
malherido a la Osa Mayor.
Un semáforo
verde dio permiso
y un
relámpago amarillo la embistió.
Hay un iceberg
ardiendo en nuestra esquina
y la
avenida se ha tornado, toda, en mar.
Nadan peces
sorteando alcantarillas;
pariendo
estrellas y flores al azar.
Rompen las
olas contra la vereda.
La espuma
se aferra, trepa, escupe sal.
Llovizna
fuego bajo la alameda.
Caminan
huellas sobre las cenizas
Mientras
pasa la vida calle abajo
y mi
barquito de papel se desespera
por una
mariposa que naufraga
y aletea a
contramano en el cordón.
¡Se ha
lanzado, la luna, al abismo¡
Pretende
que un poeta la rescate
¡Detengan
tan absurdo suicidio¡
Dos
palabras de amor serán bastante:
"¡Te
quiero, te quiero!".
Sí.
Dos
palabras de amor fueron bastante.
Han puesto
la luna otra vez en el cielo.
“Te quiero,
te quiero”.
Y
quererte, seguro, es suficiente,
para
salvarnos los dos de este diluvio.
Y salvar
también la calle, el barrio, el mundo.
Voy a
escribir "te quiero" en los umbrales.
Voy a
llenar de "te quieros" cada muro.
Serán
noticia mis te quieros" en los diarios.
Servirán
"te quiero" en las mesas de los bares.
Y al ver pasar mi barco vida abajo,
con una
mariposa por bandera:
sabrás que
quererte es suficiente.
Quererte
con mi amor y con mi pluma.
Quererte
desde ayer, hasta el final.
Quererte en
esta noche de setiembre.
Precisamente aquí.
Ahora.
¡Ya ¡
© Alejandra Oliver Gulle
No hay comentarios:
Publicar un comentario