En las
plantas
Lloro a esa
mañana
que ardió
en incendio,
cuando
detrás de una ventana, lozana de arpilleras
nos
traducía el frío.
Entonces
las
coronitas de novia
--enloquecidas
de amor-
se
confundieron copos
-ingenuas
criaturas de la antigüedad-.
Hubo violetas
dormidas en otro abril,
dueñas de
la invisibilidad.
Arriesgando
la leve valentía
con que se
percibe a los muertos
nos fuimos
ayer
al lugar
sin límites.
Y fue
difícil.
Llueve
Llueve con
demora
El mismo
llanto vertical
-peregrino
en la noche-
Contando la
húmeda soledad
-susurrando
al ausente-.
Buscando el
poema
Sin manchas
de sangre
Sin rostro
turbado
Cuando
sobre las cejas
Duermen migajas de
dolencia.
© Susana Rozas
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