Las casas
viejas
tienen
manchas de humedad
tienen
enredaderas
tienen
ausencias.
Ni el mejor
albañil puede arreglar
sus huesos.
Guardan secretos
rincones de
lujuria
carcajadas,
abrazos
buenas
noticias,
triunfos,
esperas y
reencuentros.
Son un
cuerpo humano,
arrugado,
senil
con señales
de vida
gozada en plenitud.
© Olga Liliana Reinoso
Precioso rescate de lo viejo bien vivido.
ResponderEliminarLa casa, el cuerpo...secreto y maravilla. Muy bueno tu poema. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarExcelente descripción.!
ResponderEliminarUn abrazo.
TEre Vaccaro.
UN MOTIVO, una casa, muchas vidas.Muy bien reflejado.
ResponderEliminarSaludos.
Anahí Duzevich Bezoz
La casa como un cuerpo o el cuerpo de la casa. Interesante poema, Olga. Gracias!
ResponderEliminarSaludos.
Susana