Las llagas
en la sal
“no hay
nada que comience
por ser una
herida”
una
hendidura inútil de la carne
señala su
rara simetría de sangre
que mana
del tatuaje impudorosa.
Los
cadáveres en el río
traen la
anchura entre la caída y la costa
del nudo
que los amarra,
traen sus
bocas selladas mas no el olvido
traen sus
ojos de peces mas no el silencio
traen sus
voces sus nombres
traen traen
traen.
© Nora Alicia Perusin
Siempre traen, excelente poema.
ResponderEliminarAbrazos
Fuerte, incisivo. Desgarrador presente, desgajado en este poema con tanta lucidez y fortaleza. Abrazo Nora.
ResponderEliminarCristian Jesus Gentile