Esa mujer
cocina para los dioses,
lo supe
cuando la vi elevarse
en un
trapecio de fantasmas
y me emocionó hasta el fin
caza animales de una selva oscura
los mixtura con hojas pecioladas
machacadas en el mortero de sus ojos
-el secreto no está en los ingredientes
sino en las combinaciones-
cuando los
hombres muerden
un bocado
de su pan ázimo enloquecen
y la
quieren tener
de hermana
madre hija
de padre o
amante
o santa de
cal o en una estampa
pero
resbala inasible como un pez
de otros
océanos
esa mujer
que ya sabe
que la tierra
no es plana
sostenida por elefantes
dice que
cocinará para el que sobreviva
y los
tontos olvidan
que solo
los dioses perduran
levantan sus
yelmos
agitan su
escalpelo
relinchan
sus bestias profanadas
y sucumben
finalmente
en una
guerra fría
esa mujer
cocina para los dioses,
se nota
sobre todo
cuando mira
esa montaña
de cadáveres
porque de
allí
de cada una de esas partes
extrae el
menú
de cada
día.
© Fabio Cardarelli
me conmovés, como siempre. qué bueno escucharlo en tu voz. espero que sea el 14, en el café. susana zazzetti.
ResponderEliminarTan beĺlo!Conmovedor!
ResponderEliminarflora levi
Excelente poema con unos versos finales que sorprenden.
ResponderEliminarAna Romano.
Magnífica entrega de un gran poeta! Celebración por tu "Truco de espejos", de Lago Editora. Saludo afectuoso desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarPerfecto. No se puede decir mejor. Belleza y emoción, imágenes únicas. marta comelli
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