Ritmos
Conversábamos de paisajes sepia
de bueyes perdidos,
el largo relato
demoraba el epílogo
enmadejaba
pistas y silencios.
Se oía un tic-tac
qué costumbre colgar tantos relojes
conté tres en la casa esa noche
del último verano
que pasamos juntas
dos cesuras
regulaban la trama
partían hemistiquios
simétricos
el tic-tac
subsumía
el tiquitac - tiquitac
del ventilador
girando en el techo
encastrados
los ritmos mecánicos
al asmático vuelo de Scherezade
que el azar colgaba de mi boca
yo rastreaba el atajo
el reverso
el opaco sabor de tu agonía.
Trampas del sonido:
el tic–tac tiquitac
acompasaba
tu exigua
reserva
de segundos
disponibles.
© Marta Ortiz
Y se perdía, posiblemente en el último reducto de La tarde agobiada por los ritmos.
ResponderEliminarPerfecta imagen de un momento agónico.
Gracias por tu lectura y devolución María Sonia! Abrazo!❤️
EliminarTantísima profundidad y tristeza. Un gran poema!
ResponderEliminarBesosss
Excelente poema, Marta!!! Felicitaciones, poeta, y abrazo grande!!!
ResponderEliminarHermoso poema, Marta. Abrazo. Verónica M Capellino
ResponderEliminarY uno se sumerge en el tic tac y el ritmo de tus palabras. Excelente!
ResponderEliminarGracias Mónica, Noe, Vero y Belkys! Un fuwerw abrazo a cada una!
ResponderEliminarMarta