Noche en la
Quintana
En La
Quintana la noche se encapricha de milagros
sin medias tintas, sin límites, sin duda.
Hace caer
el cielo sobre mi hombro, vuelca los cántaros
derrama el
rocío y en su horizonte cuchillo
desangra a
la luna por su vientre.
Inventa
perros que tuercen el silencio
y sapos que
refutan a los príncipes
se unen al canto arrabal de las chicharras.
Su
oscuridad se parece al destierro
al no saber
si mañana habrá mañana.
No le cabe
a su cielo tanta estrella y alguna sin red
cae fugaz
para enredarse en tres deseos.
Y tarde,
muy tarde, viene como sangre memoriosa el vino
que le pone
camino a mis palabras
que hechas
pájaros nocturnos
anidan en
el decir más metáfora del tala
y en el
sentir más algarrobo del poema.
© Jorge Ortiz
ta bello poema como el lugar. susana zazzetti
ResponderEliminarBella pintura de un paisaje que interpela! Abrazos, Jorge!
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