Canción
para tu muerte
Anoche soñé
con mi madre
que lleva
dos años muerta
quedé en el
juramento de todo poema:
hacer
montoncitos con la tierra
armar odio
con la sangre
profanaré
su tumba todas las noches
para ver
que hacen sus manos
esas que
mucho tiempo fueran
todo lo que
el mundo tenía
para
ofrecerme
habré de
llamar a su sepulcro
bautizar su
muerte en vano
con
adjetivos confiables
yo que ya
canso de no cumplir promesas
de irme al
costado de los verbos
de levantar
plegarias
¿Cómo
estarán sus ojos vacíos?
¿Cómo el
brillo del cristo
que cuelga
de su cuello?
Todos
muertos llamándome.
Anoche soñé
con mi madre y su cruz
después de
dos mil años.
No veo
poesía sino sus restos.
Al frío voy
como si fuera olvido
dos
inviernos flotando
en una copa
vacía
tomo por azar
por si la
muerte un día
¿retribuirá
en poesía mi madre mi muerte?
Me llevo su
tumba a los ojos
soy el hijo
ingrato
que ni en
el testamento figura
no me
nombran ni los muertos que cargo
no me
salvan ni los versos que escribo.
Volveré a
la tierra que me expulsa
hay que
quitarle ventaja a la muerte
y celebrar.
© Daniel Quintero
¡ qué puede decir esta emoción, dany? inigualable manera hacia esta ausencia -. lo sé -. que devora. y estas ganas de correr 550 km y abrazarte. susana zazzetti.
ResponderEliminarProfunda carta/poema/elegía a una madre. Toda palabra, cada sentir, de un tema tan vital, natural y existencial, necesariamente nos conmueve en las fibras más íntimas del recuerdo y la vivencia. Los tres últimos versos son antológicos. Gracias. Alfredo Lemon
ResponderEliminarNo me canso de releerlo. Gracias por compartirlo. Y a Gustavo por este blog.
ResponderEliminar¡Buenísimo Daniel!
ResponderEliminarCarlos Morteo
Abrazos todos
ResponderEliminarDQ