Pinto lo
que siento,
el pulso
agitado de las horas,
la luz,
el color
que me habita,
caminos sin
brújula,
implosiones.
Pinto la
impronta vital,
los ritos
de las flores
y las
telarañas.
Invento
mundos
para
sortear las trampas
y la
rutina.
Pinto la
lluvia,
el viento,
aceras sin
nombre.
Pinto el
olor a café
o jazmines
o nardos y
limón.
Pinto lo
que soy
lo que fui,
lo que
seré.
Pinto la
penumbra de los umbrales,
el zumbido,
el ruido de
los trenes.
Pinto tu mirada.
© Dana Fernández Guisande
Eso de pintar con palabras es algo fantàstico porque de inmediato aparecen las imàgenes, y aquello de sortear las trampas es el arte mismo de la literatura. muy bien Dana.
ResponderEliminarfelicitaciones
Walter Mondragòn