Pregunta
con voz enronquecida,
la voz que
explota en la garganta:
¿adónde van
los días que desflora el calendario?
Los que le
arriman un suspiro consumido
una sonrisa
apenas
bosquejada.
¿Se van sin
que pueda detenerlos
y se llevan
el cañamazo bordado
de tiempos
y huídas?
Quieta
sola
muda
ciega y
sorda.
Sin
respuestas.
© Griselda Rulfo
Hermoso poema, Griselda, y muy buena pregunta, difícil de contestar. Abrazos
ResponderEliminarRosa Lía
pétalos y latigazos este grandioso poema, rulfito, me encanta. susana zazzeti.
ResponderEliminarEl tiempo no para, sólo nos es dado ilustrarlo.
ResponderEliminar