Luvich
Soy el más
pequeño de una saga de apátridas,
soy el sumo
verdugo de nuestra fe
soy lo que
pica.
Más
fantástico que cualquier amor
el más
olvidado de los recuerdos,
el tan
cruel y al mismo tiempo secreto bien guardado,
la más
honda de las cicatrices en la palma de una arruga.
Debería
decir mano cuando no lo es,
debería
decir viaje cuando sólo es un paso.
Esta arruga
de esa mano hoy recuerdo.
Toda
cofradía tiene su espina que ocultar
toda
historia su sordera.
En el más
recóndito de los pliegues de tu camisa
como pase
de ajedrez,
Luvich.
Farsante
del libre comercio
tenedor de
libros,
contabilidad
en sacos de té, en especias de nuevo mundo.
Navegaste
todos los barcos de la sangre para llegar a Londres
Saqueaste
el mercado de los disfraces intentando ser Poe
tal vez
Wilde o Dickens.
Solo
pudiste ser quien eras pero teñido de inglés.
Soy tu
arruga en la mano que te rasca la cabeza,
soy el
perfume rancio de ese barco de distancias
soy lo que
pica
Estallando
desde el continente la verdad
surge un
nuevo tiempo de espectral historia
No hay lado
oscuro ni fe
no hay
espadas
caminaste
murallas
reciclaste
dolencias
imprimiste
tu sello en mi
Luvich dice
acá
y siempre
dirá.
Soy la
sangre del viajero
soy la nave
que nunca llega
soy lo que
pica.
© Diego Bennett
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