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23/12/19

Poema de Alicia Márquez



Kiki está ciega. 
Mi gata está ciega. 
Ella, tan poco amable, 
tan chúcara. 
Ella, que pese a su 
carácter, durante una época 
muy triste de mi vida 
se sentó en mi cama y prendió 
el motor para curar mi angustia. 
Ella, ahora, se choca con los muebles, 
se enoja, 
le duelen los huesos, además, 
y pide amor y caricias 
porque se siente sola. 
Entonces maúlla despacito, 
se acerca y yo le acaricio la cabeza, 
el lomo, 
y siento su pelo, antes suavísimo, ahora 
arisco. 
Kiki está ciega. 
Pide amor. 
Pide amor dignamente. 
Yo no sé si ella sabe que la amo. 
Que me produce una gran ternura y se me 
acogota la garganta. 
Y viéndola moverse, como puede, 
pidiendo amor, me pregunto 
quién está ciego. 


© Alicia Márquez

5 comentarios:

  1. Devolverle cuánto nos da. No hay ceguera, para quien desea ver...

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  2. Ella sabe seguro que sabe. Abrazo.
    flora levi

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  3. Gran carga de ternura tu poema Ali. Un disfrute. Gracias.

    Andrea

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  4. has logrado que a pesar de la distancia entre la mujer y la gata, pergeñar una personalidad para cada una que llega al concepto de prójimo. Enternecedor sin lágrimas. Tengo una página " el gato y sus poetas" y quiero que esté allí, si es posible con fotos.Besos y buen 2020 Isabel Llorca Bosco

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  5. como algunos otros de los poemas tuyos, logras fundir seres contrapuestos y lugras romper el muro entre ellos, poemas a los gatos tiene cada poeta un par, pero tù te llevas las palmas con este, en que haces sentir la hondura de la relaciòn que tejemos a veces con nuestras mascotas.
    muy muy bueno.
    Gracias
    W.M.

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