Necesito
una palabra. Una que rompa la puerta y
me derribe como una tromba; que en el piso me ate al estricto pronunciamiento
de los círculos de tus ojos. Una palabra que la muerte aún no conozca, en la
que ninguna otra quepa. Una que esté escrita con toda la tinta de tu boca, con
todo el sexo sonoro de tu boca abierta, como una copa de vino hasta el borde
temblando de miedo. Una palabra que me arrase como si yo fuera nada. Que me
ahogue; o que me mate al fin si fuese incapaz de oírla.
© Leonardo Vinci
Bellísimo texto.
ResponderEliminarMil gracias, Nerina
EliminarMil gracias, Nerina
EliminarGracias Nerina.
EliminarL. Vinci
¡¡Bellísimo!!
ResponderEliminarGracias Anama...
EliminarL.Vinci