Zapatos en
la noche
Cuando se
acaba
no hay rumores
sobre la arena
ni fogata
que desprenda el calor de lo que fue.
Un invierno
intenta el desafuero de las palabras.
Se instalan
grises sin elocuencia, un tiempo de paraguas negros,
pañuelos
dejándose morir.
Desafortunado
intento por atrapar lo vivido
como sí
fuese suficiente cordón para tan dolorosa huella.
Cuando
acaba, el invierno se roba hasta las hojas del único árbol,
ese tronco
que armaste valiente en tu momento feliz.
Sólo puedo
decir que él, muere a tu recuerdo.
© Patricia Corrales
Espléndido poema. Un abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMuchas gracias Isabel, un abrazo
ResponderEliminar